viernes, 25 de mayo de 2007

Una literatura a medio palo




Una literatura a medio palo

Oportuna, valiosa, esclarecedora fue - no cabe duda - la Mesa ( y el debate ) que escenificaron el miercoles 18 de abril pasado (vísperas de la Semana Sinán) en la Galería de la U. de Panamá, los profesores y escritores Jaramillo Levi, Carlos Fong y Fulvia Morales, quienes se ocuparon del Nuevo Cuento Panameño.

La profesora Morales adelantó detalles de un libro suyo a punto de publicarse titulado Cuento que te quiero cuento (lanzado recientemente en la Feria del Libro celebrada en Atlapa) , en el cual se ocupa de 21 cuentistas, señalando características escriturales y las distintas vertientes por las que transita nuestra narrativa breve.


Carlos Fong, acto seguido, hizo un largo listado de jóvenes cuentistas aparecidos a partir de 1990 (luego de la infame invasión ) , etapa que algunos señalan como período de posguerra. El criterio cronológico utilizado por ambos expositores no explica suficientemente el sentido , la dirección o profundidad que la literatura (cuando lo es) debe exhibir si es que quiere sobrevivir al fenómeno editorial o de ventas. Preguntar por sus fuentes u origen, sus fundamentos socioculturales o conceptuales, entre otras razones de ser, es necesario, urgente. No vale sólo enumerar títulos o nombrar autores, como quien elabora un directorio telefónico. Es hora de ir más allá de límites tan estrechos como pueden ser los criterios didáctico o cronológico. No estamos creo (a lo mejor me equivoco) en los años 30, del siglo pasado. Hay que saltar del espectáculo a la organización conceptual. De la recopilación a la interpretación del hecho literario.


Enrique Jaramillo cerró la Mesa y abrió el debate señalando acertadamente que del 90 acá, 5 generaciones muy distintas se mueven en el mismo espacio y casi al mismo tiempo , en el desarrollo de una cuentística disímil, variopinta, en la cual gravitan (quién lo duda) ópticas muy particulares. ¿Cómo comparar p.e. a Isabel o Melanie Taylor, su hija, ambas narradoras de excelente factura? ¿Cómo distinguir a Enrique Chuez o al mismo Fong?, ubicándolos en su exacta perspectiva.

Quedó claro (para mí, al menos) que nuestra literatura, nuestro cuento , es abundante y de calidad. Cantidad y valor son innegables. Pero entonces ( y es la pregunta que me hago e hice aquella noche) ¿por qué a pesar de tales "virtudes" la literatura panameña sigue siendo tan "pobre"? Pobre en el sentido de que no pesa, no significa, no se lee, no viaja, se agota en sí misma, se construye amontonando títulos sin criterio de permanencia o representatividad.

No nos engañemos. Escribir y publicar libros es una cosa. Hacer literatura - en el mejor buen sentido de la expresión - es otra. Urge, repito, repensar el quehacer literario en nuestro medio. La literatura sirve para ver lejos (es una atalaya, no es una pasarela).


La respuesta de Enrique Jaramillo L. fue inmediata, exacta. Recuerdo que dijo: no contamos con lectores exigentes, nuestras editoriales son parroquiales, carecemos de una distribución bien intencionada, no hay revistas que orienten ni instituciones de apoyo logístico, nuestra crítica es insuficiente, complaciente, apadrinadora. Falta pensamiento poético, investigación, reflexión. Necesitamos además una organización gremial local y regional eficaz, de luces largas. Nos falta oficio, es decir trabajo, es decir pasión. Nos sobra farándula. Nos sobra politiquería. Nos sobra pereza. Nuestra literatura es todavía una literatura a medio palo. En esas condiciones ¿ será posible una literatura y un país SXXI? ¿Es posible una literatura en un país casi imposible? O, como lo dijo Martí, sin una pasión que sostenga ocupación y preocupaciones?




benjaminRamón






3 comentarios:

Edilberto González Trejos - Autor dijo...

Atinadas reflexiones poeta, es bueno que se debata sobre nuestra literatura y que nos leamos.
Sigamos en esa dirección!

Lucy Chau dijo...

En un país en el que no existe una industria editorial ¿puede haber algo más que "una literatura a medio palo"?

La literatura no nace ni muere en el escritor. Hay toda una sinergia que necesita para funcionar; desde editores propiamente editores, hasta imprentas con calidad competitiva, pasando por todo el engranaje de la comercialización, la distribución, etc.

Nosotros tenemos escritores cuyo trabajo sobrepasa mucha de la literatura que nos empujan acá con embudo, y que todavía no son conocidos casi que ni en su casa. Eso es un grave error en política cultural que uno tras otro gobierno continúan cometiendo. Apuestan, sin embargo, a un turismo ¿para mostra qué? ¿las mismas playas que hay en otros lados? ¿catedrales chiquititas?

A ver si nos revisamos las leyes y las vamos poniendo modernas, o nos vamos a quedar leyendo basura importada. Figúrate que viene otro y escribe una historia "ambientada en Panamá" y gana millones a costa de un trabajo mediocre. Luego la hacen película y gana más, y más. Además exportaron la visión sobre nuestra - según ellos - selva de corruptos incapaces, cosa que pudieron hacer cómodamente por no haber mayores referentes.

En todo caso, Ramón, a quienes escribimos nos llama seguir haciéndolo, DEDICARNOS a eso, que no tratar de meternos en el negocio que otros pueden aprovechar mejor, perfeccionar... si quieren.

Aura Sibila Benjamín dijo...

En una frase, en caliente Panamá no hay apoyo a la cultura como programa de Estado.
Hay varios particulares que hacen esfuerzos propios por darle alas al arte en general, pero son esfuerzos diluidos que no levantan gran vuelo.
Nos inundan, sin embargo, casinos y diversos centros "de entretenimiento familiar" que van surgiendo luminosos por cada esquina de la ciudad.
Nos estamos convirtiendo -tristemente- en un país de turismo de burdel y casino.

Aquí quien publica un libro batalla hasta con las ganas de querer escribirlo...debe endeudarse o gastar todos sus ahorros para lograr un tiraje pequeño y de mediocre calidad...
Apoyo nulo...hasta los que te conocen te miran con cara de desventaja cuando quieres verderle un libro (que te ha costado no solo uno, sino los dos ojos de la cara) a un dólar (¿limosneros de literatura?). Y un buen trabajo se pierde la frustración y un montoncito de libros que son tu orgullo... apilados en una esquina de tu cuarto.
Pero esto debe cambiar y me gusta la idea de empezar...estamos a medio palo -el punto cero ya fue superado-.
Saludos,
Aurabe,
Hija de escritor poeta
Diseñadora gráfica editorial...suena bien.
Lectora de tiempo libre limitado
¿Escritora en estado criogestacional?