viernes, 21 de marzo de 2008

21 de marzo 2008

ROJA LA TARDE, GRIS EL CUERPO


EPIFANIA

Inútil la verdad.
Fue inútil
decir
que la mano no mentía líneas para ancha la vida.

Inútil el mar.

2

Roja la tarde, gris el cuerpo
recuerdo
que venciste la calle

recuerdo escondidos siboneyes
o tu silencio aguacero.

PERIPECIA

Quebradiza edad la tuya,
recuerdo tu voz

ciudad muralla
mujer encinta

diciendo qué sangre
en los ojos
cuando amanece sensual bahía el cuerpo

la mano mástil arañando uña cielo.

Recuerdo el mar pidiéndote.

Recuerdo agosto. La lluvia jaula.

Recuerdo la casa
del enemigo
la casa cárcel
la casa río
donde ahogaba mirarse.

Recuerdo brahms.
El deseo agarrándose a la noche
increíble
como luna
como náufrago
y tú
lejos, desnuda para otro.


4

Inútil fue la sombra
o los libros,
los árboles
o recordarte viento este,
los peces de la ausencia,
los caballos del diablo,
las hojas verdes todas y el pozo y la luna
anunciando
marea alta,
río crecido.

Fue inútil ocuparme del ajo o encender.
Inútil el fuego.
Inútil la cebolla.
Inútil todos los santos, santas,
obispos y confesores
o mártires.

Inútil recordar
cómo fue la palabra, el silencio,
estar contigo, escuchar
como vasallo.



CATASTROFE


Fue verdad encenderte mano el cuerpo.
Verdad pedirte un siglo
pero inútil, inútil esperarte para dormir día veinticuatro.

Antes llegó la ausencia,
la mudanza,
no ir más al pozo paz por agua,
negarme voz, mirada,
luna,
ombligo.




benjaminRamón




lunes, 3 de marzo de 2008

otros tiempos

hoy me encontré entre viejos papeles una viejícima revista muy humilde que se publicó en Perú allá por los 70.
el número 3 del año II fechado marzo-abril 1971 recogió un muy breve poema de este viejo poeta de panamá.
se llamaba ITINERARIO
hace 37 años ( que no son nada ) no recuerdo por qué ni a quién escribí estos 8 versos, que se me habían perdido y que acabo de recuperar.


Cuidate del ayer o la mañana.

No esperes que la noche o la ciudad
sean escudo de piedras o palabras.

Había una vez un Juan a secas
que abrió puertas y ventanas para que entrara el viento

y la casa de madera

se llenó de cuervos y fantasmas.




benjaminRamón